lunes, 27 de octubre de 2014

Permisos para Ingresar a un Vocabulario Controlado


¿Quién ofrece garantías para legitimar los términos de un vocabulario controlado?



Las funciones específicas de un vocabulario controlado, su implementación y sobre todo, el objetivo por el cual se elabora, hacen de cada obra de control terminológico un texto único. Estos aspectos determinan en gran medida, su estructura, sus características y sus dimensiones. Una pregunta frecuente que se recibe es acerca de cuándo un vocabulario controlado debe convertir un término candidato en término aceptado. Expondré algunas modalidades legitimadoras de la terminología.
Según el uso que hacen los diferentes colectivos profesionales de la terminología y de los vocabularios controlados, sobre todo aquellos que intervienen en la creación y desarrollo de éstos van mostrando diferentes criterios a la hora de incluir términos en el listado de voces preferentes. Algunos son especialistas en una ciencia o disciplina, lingüistas y terminólogos, planificadores lingüísticos, traductores, documentalistas, académicos, traductores o simples usuarios.
Al momento de ingresar términos en un vocabulario, justificamos nuestras decisiones sobre cierto tipo de garantía de calidad que entra en relación de tensión con otros criterios, para poder determinar cuál será el término preferente de la fila de candidatos. Haciendo el ejercicio de posicionarnos en diferentes roles según las particularidades de un determinado VC, intentaremos ver quién abre la puerta dando garantías para que un candidato sea aceptado en el sistema de conceptos expresados en la terminología en cuestión.

Si fuera… 

      


Garantía literaria  




à  Si fuera un documentalista o bibliotecario se preguntaría si el término en cuestión permitirá organizar y clasificar la información. En ese caso, privilegiaría la descripción del contenido de la información que tiene en la biblioteca (Hulme, 1912); y consideraría firmemente que, solo si el término está explícito en el libro, en la literatura, sería capaz de generar confianza y podría ingresar como término validado, para uso de clasificaciones bibliográficas.
Esta aprobación descansa en el principio de garantía literaria y podemos enunciarlo diciendo que un encabezamiento de clase (las clases y sus relaciones) está garantizado solo si un texto en forma de libro ha demostrado que existe.
En la actualidad, los documentalistas, bibliotecarios o gestores de información, consultan en las bases de datos o en los repositorios, como texto libre, para ver la mayor frecuencia de uso de los términos en la literatura. Estos datos de utilización les permiten tomar decisiones para elegir los términos preferentes y sus sinónimos.
Los términos provisorios de un vocabulario controlado también se van legitimando al tener en cuenta su consolidación en otras obras, como autoridades, glosarios, diccionarios técnicos, tesauros ya existentes, sistemas de clasificación en uso, entre otros. Como novedad, también ahora se mapean con catálogos de otras bibliotecas.
à Si fuera un científico o un especialista en cierta disciplina, en cambio, en el afán de representar el conocimiento a través de la terminología sistematizada, pensaría en la facultad del término para describir el conocimiento.
Si pensamos en los orígenes de la práctica terminológica, siglos XVIII y XIX, los científicos encabezan su preocupación por sistematizar el conocimiento especializado a través de los términos utilizados en el discurso. El conocimiento se representa, se consolida y se transfiere con términos normalizados.
Se puede decir que hasta el siglo XX, la producción de conocimiento especializado está en manos de especialistas. Ellos detectan y analizan nuevo conocimiento, establecen y aceptan la terminología mediante textos compartidos con la comunidad científica. Se negocia el sentido y las unidades que expresan el conocimiento y se establece así el conjunto de términos de un ámbito especializado. Con el tiempo, se van modificando las clasificaciones científicas consolidadas, y aunque sirven como estructuras de referencia y están cristalizadas, están también abiertas para recibir los avances de las disciplinas. Es decir que si bien se parte de cierta representación de un sistema nocional establecido ésta puede ir cambiando a otros nuevos sistemas actualizados, siempre que descanse en literatura que se genera al respecto.
       


Garantía de usuario  



à Si fuera un usuario se preguntaría cómo acceder a la información a partir de los términos. En general el lenguaje utilizado por los usuarios en las búsquedas es más espontáneo y coloquial; y hoy día hasta se aceptan posibles errores de uso del lenguaje como variedades sinonímicas. Se tiende a que los lenguajes controlados puedan ajustar la estructura a la organización de conocimiento de los usuarios y al lenguaje empleado por ellos.

   

Los cinco términos entraron a un VC sobre Salud y el último de la lista descansa en la garantía de usuario.

   

Garantía organizacional  


à Si fuera una organización o institución exigiría que el VC fuera útil para gestionar la comunicación y la información priorizando los objetivos corporativos. Se procura que el sistema de términos del vocabulario sea representativo de las ideas o del punto de vista de la organización, de los términos técnicos que se utilizan en ella, de los alcances conceptuales que adquieren y de las condiciones de circulación de la comunicación dentro de la organización.
Hay términos que las organizaciones o instituciones no quieren exponer en sus taxonomías o tesauros, pero sin embargo pretenden que a partir de ellos se acceda a los sinónimos preferentes. La relación en este caso es de hidden-term y hay softwares de gestión de vocabularios como lo es TemaTres (http://www.vocabularyserver.com/) que permiten su creación e invisibilización.   

       Garantía estructural 



à  Si fuera la macroestructura del vocabulario controlado admitiría ciertas voces que si bien no cumplen funcionalidad externa a él, en este propician enlaces en las jerarquías terminológicas y cumplen una función estructural productiva, ya que permiten organizar conjuntos específicos de términos (Elaine Svenonius).


En la taxonomía se ve cómo le abrieron la puerta a un término como <tipos de turismo> solo porque descansa en la garantía estructural. 


Según los criterios mencionados, la legitimación de las voces de un VC se juega en una constante tensión en la que puede ir prevaleciendo de a una garantía para varios términos, sin que esto suponga reglas excluyentes. Esto permite que el ingreso de términos o su validación como preferentes, se fundamente por cierta garantía para unos y para otros, por otra diferente.

Links

BARITÉ, MARIO “La garantía literaria: vigencia y proyección teórico-metodológica”. En Comunicación presentada ante el VIII ENANCIB – Encontro Nacional de Pesquisa em Ciência da Informação (28 a 31 outubro de 2007, Salvador, Bahia, Brasil). 

Bibliografía

OSÉS, MARÍA ANTONIA. Tesauros relacionales y acceso a la información especializada. Metodología para el desarrollo de un tesauro de terminología jurídica. Buenos Aires: Dunken. 2000.
SVENONIUS ELAINE. The intellectual foundation of information organization. Cambridge: MIT. 2000.




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