¿Quién ofrece garantías para legitimar los términos de un vocabulario controlado?
Las
funciones específicas de un vocabulario controlado, su implementación y sobre todo, el objetivo
por el cual se elabora, hacen de cada obra de control terminológico un texto
único. Estos aspectos determinan en gran medida, su estructura, sus
características y sus dimensiones. Una pregunta frecuente que se recibe es
acerca de cuándo un vocabulario controlado
debe convertir un término candidato en término aceptado. Expondré algunas modalidades
legitimadoras de la terminología.
Según
el uso que hacen los diferentes colectivos profesionales de la terminología y
de los vocabularios controlados, sobre todo aquellos que intervienen en la creación y desarrollo de éstos
van mostrando diferentes criterios a la hora de incluir términos en el listado
de voces preferentes. Algunos son especialistas en una ciencia o disciplina, lingüistas
y terminólogos, planificadores lingüísticos, traductores, documentalistas,
académicos, traductores o simples usuarios.
Al
momento de ingresar términos en un vocabulario, justificamos nuestras
decisiones sobre cierto tipo de garantía de calidad que entra en relación de tensión con otros
criterios, para poder determinar cuál será el término preferente de la fila de candidatos.
Haciendo el ejercicio de posicionarnos en diferentes roles según las particularidades
de un determinado VC, intentaremos ver quién
abre la puerta dando garantías para que un candidato sea aceptado en el
sistema de conceptos expresados en la terminología en cuestión.
Si fuera…
Garantía literaria
à Si fuera un documentalista
o bibliotecario se preguntaría si
el término en cuestión permitirá organizar y clasificar la información. En ese
caso, privilegiaría la descripción del contenido de la información que tiene en
la biblioteca (Hulme, 1912); y consideraría firmemente que, solo si el término está explícito en el
libro, en la literatura, sería capaz de generar confianza y podría ingresar
como término validado, para uso de
clasificaciones bibliográficas.
Esta aprobación descansa en el principio de garantía literaria
y podemos
enunciarlo diciendo que un encabezamiento de clase (las clases y sus
relaciones) está garantizado solo si un texto en forma de libro ha demostrado
que existe.
En la actualidad, los documentalistas,
bibliotecarios o gestores de información, consultan en las bases de datos o en
los repositorios, como texto libre, para ver la mayor frecuencia de uso de los
términos en la literatura. Estos datos de utilización les permiten tomar
decisiones para elegir los términos preferentes y sus sinónimos.
Los términos provisorios de un
vocabulario controlado también se van legitimando al tener en cuenta su
consolidación en otras obras, como autoridades, glosarios, diccionarios
técnicos, tesauros ya existentes, sistemas de clasificación en uso, entre
otros. Como novedad, también ahora se mapean con catálogos de otras bibliotecas.
à Si
fuera un científico
o un especialista en cierta disciplina, en cambio, en el afán de representar el
conocimiento a través de la terminología sistematizada, pensaría en la facultad
del término para describir el conocimiento.
Si pensamos en los orígenes de
la práctica terminológica, siglos XVIII y XIX, los científicos encabezan su
preocupación por sistematizar el conocimiento especializado a través de los
términos utilizados en el discurso. El
conocimiento se representa, se consolida y se transfiere con términos normalizados.
Se puede decir que hasta el
siglo XX, la producción de conocimiento especializado está en manos de
especialistas. Ellos detectan y analizan nuevo conocimiento, establecen y
aceptan la terminología mediante textos compartidos con la comunidad científica.
Se negocia el sentido y las unidades que expresan el conocimiento y se
establece así el conjunto de términos de un ámbito especializado. Con el
tiempo, se van modificando las clasificaciones científicas consolidadas, y
aunque sirven como estructuras de referencia y están cristalizadas, están
también abiertas para recibir los avances de las disciplinas. Es decir que si
bien se parte de cierta representación de un sistema nocional establecido ésta
puede ir cambiando a otros nuevos sistemas actualizados, siempre que descanse en
literatura que se genera al respecto.
Garantía de usuario
à Si
fuera un usuario
se preguntaría cómo acceder a la información a partir de los términos. En
general el lenguaje utilizado por los usuarios en las búsquedas es más
espontáneo y coloquial; y hoy día hasta se aceptan posibles errores de uso del
lenguaje como variedades sinonímicas. Se tiende a que los lenguajes controlados
puedan ajustar la estructura a la organización de conocimiento de los usuarios
y al lenguaje empleado por ellos.
Los cinco términos entraron a un VC sobre
Salud y el último de la lista descansa en la garantía de usuario.
Garantía
organizacional
à Si fuera una organización
o institución exigiría que el VC fuera útil para gestionar la comunicación y la
información priorizando los objetivos corporativos. Se procura que el sistema
de términos del vocabulario sea representativo de las ideas o del punto de
vista de la organización, de los términos técnicos que se utilizan en ella, de
los alcances conceptuales que adquieren y de las condiciones de circulación de
la comunicación dentro de la organización.
Hay términos que las
organizaciones o instituciones no quieren exponer en sus taxonomías o tesauros,
pero sin embargo pretenden que a partir de ellos se acceda a los sinónimos
preferentes. La relación en este caso es de hidden-term y hay softwares de gestión de vocabularios
como lo es TemaTres
(http://www.vocabularyserver.com/)
que permiten su creación e invisibilización.
Garantía estructural
à Si
fuera la macroestructura del vocabulario controlado admitiría ciertas voces que si bien no cumplen funcionalidad externa a él,
en este propician enlaces en las jerarquías terminológicas y cumplen una
función estructural productiva, ya que permiten organizar conjuntos específicos
de términos (Elaine Svenonius).
En la
taxonomía se ve cómo le abrieron la puerta a un término como <tipos de turismo> solo porque descansa en la garantía estructural.
Según los criterios mencionados,
la legitimación de las voces de un VC se juega en una constante tensión en la
que puede ir prevaleciendo de a una garantía para varios términos, sin que esto
suponga reglas excluyentes. Esto permite que el ingreso de términos o su
validación como preferentes, se fundamente por cierta garantía para unos y para
otros, por otra diferente.
Links
BARITÉ,
MARIO “La garantía literaria: vigencia y proyección teórico-metodológica”. En
Comunicación presentada ante el VIII ENANCIB – Encontro Nacional de Pesquisa em
Ciência da Informação (28 a 31 outubro de 2007, Salvador, Bahia, Brasil).
OSÉS,
MARÍA ANTONIA. “Pautas para la incorporación de términos al Tesauro Cooperativode Derecho Argentino.”
Bibliografía
OSÉS,
MARÍA ANTONIA. Tesauros relacionales y
acceso a la información especializada. Metodología para el desarrollo de un
tesauro de terminología jurídica. Buenos Aires: Dunken.
2000.
SVENONIUS ELAINE. The
intellectual foundation of information organization. Cambridge: MIT. 2000.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Gracias por encontrarnos en este espacio!